¿Es posible aprender idiomas extranjeros con dislexia?
La dislexia es un obstáculo en el aprendizaje. Durante años surgieron muchos mitos y pensamientos falsos sobre ella. Hasta hace poco se la consideraba un «retraso» y se creía que las personas que la sufren son menos capaces de aprender. Se pensaba que, dado que los disléxicos tienen problemas con escribir correctamente en su idioma materno, tendrán aún más problemas con aprender un idioma nuevo.
Les sorprenderá.
¿Los disléxicos son capaces de aprender nuevos idiomas?
Claro que sí. Sin embargo, la actitud y la metodología son imprescindibles.
Es verdad que el aprendizaje con enfoque en la ortografía, memorización de las excepciones y en estudiar las reglas gramaticales, puede ser problemático. A los disléxicos les cuesta entender que un sonido puede ser escrito con más de una letra y que una letra puede presentar más de un sonido. Otro problema característico para la gente que sufren con dislexia es la dificultad con leer y entender textos largos.
Así pues, los métodos tradicionales que consisten en leer largos diálogos, en traducir textos y en la memorización de reglas y excepciones gramaticales no funcionan porque de esta manera se agobia y desmotiva a un disléxico. Queremos lograr el efecto contrario.
Echemos un vistazo en el hemisferio cerebral derecho
Responsable por todas las actividades mencionadas arriba es el hemisferio cerebral izquierdo. Nos olvidemos sobre el por un momento y nos concentremos en el hemisferio derecho, un amigo de cada disléxico. Él es responsable por recordar los sonidos, imágenes y emociones.
El método perfecto para los disléxicos es el aprendizaje a través de la interacción. Hay que enfocarse en la asociación de palabra con imagen para crear integración entre dos hemisferios. Una mezcla de audios, cortas frases y visualización se convierte en una mnemotécnica perfecta.
Basta con la gramática y la memorización de excepciones
El modelo tradicional de aprendizaje es puramente teórico. Las clases en escuelas dedican todo el tiempo para la gramática y sus excepciones. En caso de los disléxicos hay que concentrarse en la práctica.
La práctica de la comunicación. Al fin y al cabo, el propósito del aprendizaje debería ser la comunicación, ¿verdad?
¡Aprendamos hablar y conversar con la gente! La mejor manera para hacerlo es aprender vocabulario junto con las frases ejemplares. Además, sería perfecto repetir en voz alta el vocabulario y las frases libremente, tantas veces, cuantas no dé la gana.
Regreso a las raíces
La clave para el éxito es el aprendizaje de idiomas extranjeros en la manera «natural», como la llaman.
¿Una vez han pensado en como los niños aprenden su idioma materno? Osea, no enseñamos a un niño de 2 años la diferencia entre indicativo y subjuntivo, ni tampoco como se conjuga los verbos en imperfecto. Entonces, ¿por qué deberíamos enseñárselo a un disléxico o cualquier otro alumno?
Por lo tanto, el método más prometedor es enseñar palabras y frases. Las estructuras gramaticales son usadas en práctica, entonces con tiempo uno empieza a usarlas subconscientemente.
Cada persona tiene sus preferencias en cuanto al aprendizaje, seguramente a muchas personas les gusta la manera tradicional de enseñar idiomas. No obstante, no olvidamos de que existen alternativas.
En el mundo científico se habla sobre las desventajas de la manera tradicional cada vez más. Antes que nada, se destaca la ineficiencia y se nota la superioridad del método natural: mucho más rápida, más cómoda y menos agobiante.
Es una alternativa no solamente para disléxicos.